Una turbidita es una facies
sedimentaria que se deposita durante una corriente turbidítica, una avalancha
submarina que redistribuye grandes cantidades de sedimentos clásticos
provenientes del continente en las profundidades del océano.
Cuando se depositan
sucesiones con secuencias alternantes de diferente composición se denominan
flysch.
La secuencia ideal de las
turbiditas de Bouma
Las turbiditas fueron descritas
en detalle por primera vez por Bouma (1962), que estudió los sedimentos de
aguas profundas y reconoció secuencias grano-decrecientes (con el tamaño de sus
partículas decreciendo hacia arriba), incluyendo conglomerados de cantos
rodados en la base y lutitas de grano fino en las partes más superiores. Esto
era inesperado porque históricamente se había supuesto que en el fondo de los
océanos no existe ningún mecanismo mediante el cual transportar sedimentos de
grano grueso a profundidades abisales.
El ciclo de Bouma comienza con
una superficie de erosión que pasa de guijarros a grava en una matriz de arena.
Por encima de estas capas se depositan capas de arena cada vez más fina
alternada con arena limosa, y, por último, limo y arcilla. Esta sucesión
vertical de capas sedimentarias y el cambio de litología denota una disminución
de la turbulencia del flujo del agua que los transporta antes de la
sedimentación.
Es inusual observar un ciclo de
Bouma completo: las sucesivas corrientes de turbidez suelen erosionar
secuencias anteriores no consolidadas. Por otra parte, si la sección expuesta
se encuentra en el borde del lóbulo deposicional sólo están presentes las
secuencias más finas.
Formación
Las turbiditas son sedimentos
transportados y depositados por una corriente marina generada por la
inestabilidad en la distribución de densidad del flujo de agua debida al
contenido irregular de sedimento en suspensión (similar a un flujo piroclástico
volcánico). El flujo de densidad se produce por licuefacción de los sedimentos
durante el transporte, los cuales provocan un cambio en la densidad del sistema
fluido agua+sedimento. Esta licuefacción o suspensión se alcanza generalmente
en condiciones muy turbulentas del líquido sustrato. En estas circunstancias se
pueden transportar grandes fragmentos de roca a velocidades que de otra manera
serían demasiado bajas. Suelen tener su origen en los márgenes de plataformas y
en los taludes continentales y los depósitos acumularse en las llanuras
próximas, más profundas.
Estos flujos de densidad ocurren
en otros entornos aparte de las profundidades del océano, como los lahares
junto a volcanes, en deslizamientos de lodo y en flujos piroclásticos (que
crean secuencias sorprendentemente similares a las turbiditas).
Importancia de las turbiditas
La presencia de turbiditas indica
condiciones paleogeográficas, tectónicas y deposicionales de secuencias
sedimentarias antiguas. Por lo general se relacionan con una situación de aguas
profundas junto a un margen continental (a menudo convergente). En general, su
formación requiere al menos una plataforma inclinada y alguna forma de
tectonismo que active el flujo de densidad mediante avalanchas.
Las turbiditas de lagos también
son importantes para conocer la cronología de los deslizamientos de tierras y
los terremotos que presumiblemente los formaron, mediante la datación de varvas
por encima y por debajo de la turbidita.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Turbidita
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Turbidita
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